El Búnker Rosado surgió como una armoniosa combinación de las distintas aspiraciones de la pareja. El esposo imaginaba un hogar con apariencia de fortaleza, impenetrable cuando estuviera desocupado y igualmente seguro mientras estuvieran en casa. Por su parte, la esposa, una querida amiga, soñaba con un santuario vibrante, de bajo mantenimiento, lleno de color y que preservara los árboles del entorno. El resultado es un refugio audaz, seguro y consciente del medio ambiente que equilibra practicidad y personalidad.